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Retos de supervisar a los miembros de un equipo de trabajo

Retos De Supervisar A Los Miembros De Un Equipo De Trabajo

Los retos de supervisar nunca han sido sencillos. Supervisar personas de manera efectiva requiere de mucha planificación, esfuerzo y comunicación estratégica. Si hay que hacerlo «a distancia», es aún más complejo.

(Por efectividad me refiero a lograr el objetivo de la supervisión, de manera eficiente).

En su definición más básica, supervisar es inspeccionar, dirigir o vigilar el trabajo de otra persona.

Pero para que esa labor sea realmente efectiva, es indispensable que la otra persona quiera ser supervisada porque valora lo que esto significa.

¿Y por qué alguien quisiera ser supervisado?

Pues porque quiere aprender, quiere mejorar profesionalmente, le importa cuidar el resultado de su labor.

El empleado que tiene estos deseos claros, también concluye que esos deseos son su mejor camino para conseguir empleo y mantenerlo.

Sin esos deseos y la confianza que implican, supervisar puede convertirse simplemente en vigilar al supervisado para ver si hizo lo que debía y si lo hizo bien.

El lenguaje es uno de los retos de supervisar

Recuerda, cuando nos comunicamos transmitimos dos tipos de mensajes de manera simultánea: mensajes explícitos (las palabras) y mensajes implícitos (sentimientos).

Desde la perspectiva de la vigilancia, la supervisión significa, implícitamente, “desconfianza”. En consecuencia, lograr la empatía y la motivación del equipo se vuelve una labor difícil y agotadora.

Este enfoque de la supervisión se puede observar en el lenguaje del supervisor. Por ejemplo, cuando pregunta al equipo “¿me hicieron el reporte de la semana?”

Parece una frase inocente, pero transmite un mensaje muy diferente a la idea de “trabajar en equipo”.

¿Cuántas personas de tu equipo quieren ser supervisadas?

Para repotenciar tu liderazgo, es algo que puedes comenzar a averiguar con cada miembro de tu equipo, por separado.

No es nada común que un empleado te pida que quiere ser supervisado para aprender y mejorar. Inclusive, a veces lo pide solo para salvar su responsabilidad.

Es más fácil escuchar a un empleado, sobre todo si es nuevo en el puesto, que diga “quiero aprender de ti”, “me gustaría que me enseñaras”, o “me gustaría que me vieras atender a un cliente para ver qué puedo mejorar.”

Si un miembro de tu equipo nunca te ha dicho algo así, o tiene mucho tiempo sin decírtelo, es probable que:

1) Debas hacer un enorme esfuerzo de “persecusión” de esa persona para “supervisarla”; o

2) Esa persona ya aprendió y se auto supervisa.

Tener que “supervisar” puede significar otras necesidades no satisfechas

Una persona quiere ser supervisada cuando le resulta evidente el beneficio que obtiene. Bien sea que aprende a hacer algo importante o que mejora su desempeño, porque sabe que estos son medios para crecer profesionalmente.

Por ejemplo, si necesitas perseguir a alguien para que haga un reporte, es probable que no comprenda los beneficios que le proporciona hacer el reporte, o que nunca le hayas “vendido” esos beneficios.

Se que esto significa un gran cambio en la manera de ver la labor de supervisar. Pero es un cambio indispensable si quieres obtener resultados diferentes y mejores a los actuales.

La vigilancia es menos eficiente que el servicio al empleado

En la práctica, el enfoque de la supervisión como vigilancia tiene un 20% de efectividad. Sin darte cuenta, terminas “pidiendo” las cosas más veces de las que haría falta (al menos 4 o 5 veces más), porque la persecución es poco eficiente.

En cambio, servir al supervisado para que aprenda a elevar su productividad y crezca profesionalmente es más motivador y los resultados son mucho más rentables para todos.

Servir a un supervisado significa pasar de preguntar “¿me hicieron el reporte de la semana?”, a preguntar “¿en qué puedo ayudarte para que veas el valor de ese reporte para ti?”.

Por supuesto, esta visión se basa en que el supervisor crea que sus supervisados son realmente “clientes internos”.

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Esta entrada tiene 5 comentarios
  1. La frase que más me impactó se refiere a la comunicación. Al comunicarnos trasmitimos mensajes explícitos (palabras) y mensajes implícitos (sentimientos). En relación a la supervisión, es un enfoque atractivo en el que se aplica la teoría del ganar-ganar. Hay que estar conscientes de los beneficios que trae, tanto para el supervisor como para el supervisado, una supervisión efectiva.

  2. Saludos, Gianina. Muchas gracias por leer y comentar el artículo. Me encanta que destaques los dos tipos de mensajes cuando nos comunicamos. Es algo poco conocido y comprendido. Me parece que diste en el blanco. Te felicito. Continua fortaleciendo tus habilidades como supervisora.

  3. El supervisor ideal tendría que ser al mismo tiempo líder, porque no sólo basta que ambas partes conozcan el cargo de cada quien, sino la confianza, interés y educación no se compra con nada y son valores INDISPENSABLES en cualquier tipo de relación. Me encanta como escribes Juan Carlos \\\\\ (una ola para tí) ¡100% recomendado para todo tipo de personas y público!

  4. Hola Vanessa, buen día. Mil gracias por leer el artículo y por la generosidad de tu comentario. Comparto 100% tu conclusión sobre el supervisor ideal. 20 puntos con ola incluida. Un abrazo.

  5. La motivación al equipo de trabajo resulta fundamental para tener mejores resultados. De ella dependen mejores resultados para todos.

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