11 claves para emprender un proyecto con éxito

Si hoy vas a emprender un proyecto, toma en cuenta estas condiciones de éxito. Así ahorrarás tiempo de aprendizaje y evitarás errores.

Cuando hablo de emprender me refiero a la fase de iniciar el proyecto que vienes considerando o soñando.

Puede ser un emprender un negocio, emprender un diplomado, el estudio de otro idioma, actualizarte profesionalmente, cambiar de trabajo, las próximas vacaciones, invertir en un inmueble o planear tu retiro.

Estas claves han sido probadas por diferentes investigaciones y las puedes aprovechar, independientemente del tamaño o la complejidad del proyecto que quieras emprender.

1) Todo proyecto exitoso se basa en un plan de trabajo específico, escrito y detallado. Parece obvio, pero no lo es.

Tener el plan solamente en la cabeza funciona muy excepcionalmente y no vale el riesgo. Ponerlo por escrito nos proporciona otra perspectiva y genera más compromiso.

2) Los planes más útiles y efectivos se enfocan en las variables que puedes controlar, anticipar y cambiar.

Muchos proyectos no comienzan nunca, porque se basan o dependen de variables que no se controlan. Sus emprendedores pierden mucho tiempo esperando a que lleguen las condiciones ideales.

Al emprender un negocio, las condiciones «ideales» las crea el emprendedor con su tenacidad y su plan orientado a crearlas.

3) Diseña tu plan enfocándote en el beneficio que quieres obtener y no en lo que quieres evitar o dejar de hacer.

Ten presente que intentar eliminar un pensamiento negativo lo hace más activo en tu mente y más difícil de modificar. Por eso «dejar de fumar» activa fumar en tu mente.

Entonces, por ejemplo, si tu proyecto es “hacer dieta” no tendrá el mismo resultado que “mejorar tu salud”.

4) Define objetivos específicos y medibles. Por ejemplo, “voy a rebajar 5 kilos en 30 días” es mejor que “voy a perder peso”.

La primera permite dividir el camino en 5 objetivos de 1 kilo cada 6 días. Las metas genéricas nos hacen descarrilarnos con rapidez porque no nos permiten ver cuánto nos falta por alcanzarlas.

5) Los proyectos personales exitosos implican cambios de hábitos en la manera de hacer las cosas, para lo cual es más importante la constancia que la rapidez.

No se trata de ir “poco a poco” sino “paso a paso”, y mientras más ambicioso sea un proyecto, más gradualidad hará falta para hacerlo realidad.

6) La constancia, la disciplina y la fuerza de voluntad que requiere cualquier proyecto son conductas que pueden aprenderse y desarrollarse.

Al emprender un proyecto, casi siempre nos atrapa el entusiasmo del comienzo, que se disipa con las dificultades.

Pero podemos tener presente que parte del proyecto es como un gimnasio al que estamos asistiendo para desarrollar la musculatura de la constancia y la disciplina.

7) La mayor fortaleza de carácter a desarrollar es aprender a posponer la gratificación. Es el “arma secreta” para resistir exitosamente a las tentaciones de renunciar.

Aprender a resistir las tentaciones de la dispersión o la gratificación rápida es uno de los aspectos más valiosos al emprender un proyecto.

Aprende a disfrutar y celebrar los resultados del día a día, aunque parezcan mínimos. Este hábito nos mantiene la energía que hace falta para el maratón de las metas grandes.

8) Las conductas que he mencionado hasta ahora son como músculos mentales. Su desarrollo implica comenzar con pequeños desafíos.

Por ejemplo, en vez de plantearte hacer 60 minutos diarios de ejercicio, es mejor comenzar por 10 minutos e incrementar 5 minutos cada 20 o 30 días.

Si comienzas con los objetivos más difíciles, será muy frustrante porque esos logros toman más tiempo y desgastan la motivación inicial con rapidez.

9) Aprende a valorar las mejoras mínimas constantes: son mucho más impactantes que los supuestos grandes cambios o logros repentinos.

Por ejemplo, mejorar 1% al día (que a muchos les parece poco), pero todos los días, significa que al año lograrás una mejora acumulada de 40%.

10) Al emprender tu proyecto, aprende a enfocarte en mejorar (proceso) y no en ser bueno (consecuencia).

Al buscar mejorar podemos apreciar los cambios de manera más específica y rápida.

Celebrar los avances específicos en las mejoras (victorias tempranas) nos permite disfrutar más el camino hacia el logro mayor.

11) No desafíes tu fe ni tu buena intención. Se realista con tus metas. Por mucha buena actitud que tengas y fuerza de voluntad que desarrolles, siempre hay límites.

Por ejemplo, no pretendas ir al gimnasio 7 días a la semana si nunca antes habías hecho ejercicio. Corres el riesgo de desmotivarte muy rápido.

Los seres humanos no somos un automóvil que pasa en pocos segundos de 0 a 100 kilómetros por hora.

Las personas exitosas saben que deben evitar dificultades adicionales a las propias de la meta que quieren alcanzar.

¿Qué te parecen estas claves? ¿Te parecen útiles? ¿Interesantes?

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