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Los pequeños pasos constantes hacen una gran diferencia

Los Pequeños Pasos Constantes Hacen Una Gran Diferencia

No subestimes el poder de los pequeños pasos para lograr tus objetivos. Es fácil decirlo, pero no es una idea reconfortante si estamos apurados con los resultados.

Parece que la palabra “pequeño” fuera contradictoria con “efectivo”, lo que nos lleva a pensar más en los atajos de los grandes pasos que en lo que realmente debemos hacer para llegar a una meta.

Pero los pequeños pasos tienen grandes ventajas

Estas son algunas de ellas:

1) Nos ayudan a comenzar con más facilidad

Los pequeños pasos no se sienten abrumadores. Y una vez en movimiento, es más fácil continuar.

El famoso escritor norteamericano Mark Twain decía que «el secreto para salir adelante es empezar».

Twain sabía que dar el primer paso suele ser la parte más difícil del viaje del aprendizaje, del emprendimiento y de los cambios.

Con pequeños pasos podemos comenzar donde estamos y luego, gradualmente, avanzamos, crecemos y aumentamos nuestros niveles de habilidad y rendimiento.

2) Comenzar con facilidad nos brinda un impulso inicial crucial

El impulso hacia delante en el inicio de un proceso de cambio es muy importante porque:

Nos hace sentir con más confianza y seguridad emocional para continuar.

Nos facilita visualizar que los objetivos son factibles y alcanzables.

Recuerda, al inicio del proceso de crear o cambiar un hábito es cuando se rinde la mayoría. Por lo cual, la energía extra de ese impulso inicial tiene mucho valor.

3) Su acumulación produce grandes resultados

Este el principio del mejoramiento continuo mínimo conocido como “kaizen”, cuya efectividad ha sido probada alrededor del mundo por pequeñas y grandes empresas.

El valor acumulado de las pequeñas mejoras constantes, aunque sean de 1% o menos, dan resultados excepcionales en el mediano plazo.

Así lo comenta James Clear en su libro Atomic Habits:

“Mejorar 1% puede parecer poco notable; en ocasiones incluso imperceptible. Pero puede ser muy significativo, especialmente en el largo plazo. La diferencia que una pequeña mejora puede hacer en el tiempo es sorprendente. Si logras mejorar 1% todos los días, en un año serás 37 veces mejor”.

En este gráfico puedes visualizarlo:

4) Los pequeños logros nos motivan a continuar

Una vez que empezamos con pequeños pasos y experimentamos éxitos tempranos, es más fácil continuar.

Esos éxitos, aunque sean pequeños, son muy importantes para mantenernos motivados en el exigente camino del cambio.

Los pequeños logros activan el sistema neurológico de recompensa de nuestro cerebro, el responsable de producirnos ganas de continuar.

De esta manera generamos un círculo virtuoso de pasos y avances, y por esta razón, ningún paso es demasiado pequeño.

5) Implican menos riesgos

Los pequeños pasos ayudan a minimizar el riesgo a equivocarnos y rendirnos, a la vez que aumentan nuestras probabilidades de éxito.

El tamaño y el costo de los errores que podrían ocurrir con pequeños pasos son menos abrumadores.

Su menor alcance nos permite tener más control de los aspectos que involucran. Razón por la que la gestión de proyectos se basa en dividir las grandes tareas en pequeños pasos constantes y alcanzables.

6) Nos facilitan el aprendizaje

Ir avanzando paso a paso, de manera constante, agiliza nuestro aprendizaje, porque:

Podemos ver resultados más rápidamente.

Podemos hacer ajustes más rápidamente según los resultados.

Podemos ver más rápido los resultados de esos ajustes.

Cada pequeño paso constante nos facilita la oportunidad de aprender y adaptarnos a menor costo.

7) Nos ayudan a crear hábitos fundamentales

La formación exitosa de un hábito depende de la repetición constante de una conducta. Así, gradualmente, su repetición la fija en nuestra mente como habilidad.

En este sentido, los pequeños pasos nos brindan mas oportunidades de repetir y practicar conductas y acciones necesarias para llegar hasta nuestra meta.

Adicionalmente, la repetición de pequeños pasos representa una estrategia efectiva para cambiar el hábito de procastinar o posponer ciertas decisiones y tareas.

La acción implícita de los pequeños pasos constante nos permite desarrollar conductas fundamentales para alcanzar nuestros objetivos.

8) Nos ahorra el estrés de las “grandes” decisiones

Justamente, al implicar menos riesgos de error o fracaso, nos resulta más fácil tomar decisiones alrededor de pequeños pasos.

Esto facilita que nos pongamos en acción, lo que siempre representa un gran reto cuando las decisiones son más complejas.

La acción a su vez aumenta la confianza en nosotros mismos y conduce a mas acción.

Poder decidir con más confianza también nos proporciona el valor que hace falta para llevar a la práctica las decisiones.

9) Nos ayudan a gestionar mejor las distracciones

Con pequeños pasos es más fácil concentrarnos en las tareas que involucran, sin distraernos.

Y cuanto menos nos dispersamos realizando multitareas, más éxito tendremos con cada pequeño paso.

Por otro lado, también es importante no asumir demasiados objetivos o cambios de hábitos al mismo tiempo, porque puede ser abrumador y desenfocarnos.

10) Producen cambios que se mantienen en el tiempo

Enfocarnos en pequeños pasos constantes, orientados hacia objetivos específicos, nos permiten cambiar hábitos que permanecen en el tiempo.

Los cambios radicales rápidos o repentinos no tienen casi nunca la misma fuerza de permanencia.

Por ejemplo, si no tienes el hábito de caminar e intentas crear el hábito comenzando con 10 mil pasos al día, en un par de semanas tirarás la toalla.

Pero si comienzas con 2 mil pasos diarios durante el primer mes e incrementas mil pasos cada 30 días, entonces tendrás más posibilidades de crear el hábito.

Precisiones adicionales sobre los pequeños pasos

Por un lado, “pequeños pasos constantes” no es lo mismo que “poco a poco”. Son dos cosas diferentes.

Poco a poco no significa necesariamente que los pasos sean pequeños ni constantes.

Por otro lado, aunque “paso a paso” es una manera de referirnos a la constancia, no quiere decir que los pasos sean pequeños. El tamaño de los pasos es muy importante para que sean factibles y produzcan resultados.

Un par de comprobaciones científicas

Investigando sobre el poder de los pequeños pasos constantes, me han impresionado estos dos casos:

Un estudio publicado en Medicine and Science in Sports and Exercise encontró que hombres que ejercitaron resistencia con 3 sesiones semanales de 13 minutos, durante 8 semanas, lograron aumentos de fuerza similares a los que ejercitaron 70 minutos por sesión.

La clave del logro en los que hicieron ejercicios 13 minutos es que pusieron el máximo esfuerzo en cada sesión de ejercicios.

Un estudio similar realizado en Canadá, en la Universidad de McMaster, encontró que hombres sin hábitos deportivos, ejercitando bicicleta durante 10 minutos, 3 veces a la semana, obtuvieron mejoras físicas similares a los que ejercitaron 50 minutos.

En este caso, la diferencia también fue la intensidad del esfuerzo de los que ejercitaron 10 minutos.

Con estas referencias, parece que «no tengo tiempo para hacer ejercicio» no es una buena excusa para no regalarnos 10 minutos de entrenamiento intensivo.

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Esta entrada tiene 6 comentarios
  1. Paso a paso se llega lejos, se avanza en experiencia y objetivos. Se logran grandes cosas cuando las volvemos hábitos. Aunque inicialmente parecen sencillos, los pequeños pasos constantes nos dirigen siempre a excelentes resultados.

  2. De eso se trata, Claudia. Del poder que tiene el «paso a paso». Es algo que se subestima, sobre todo, si no se tiene disciplina con el trabajo ni constancia con los compromisos. Gracias por escribir.

  3. Al leer este artículo me acordé el tiempo en que comencé a entrenar para hacer carreras de 5 a 10 km. Empecé caminando, y entrenaba 3 veces por semana. Luego corríamos 2 minutos y caminábamos 3 minutos, a pasos constantes, hasta que logré correr un kilómetro sin parar. Para mí fue una hazaña. Las siguientes semana ya corría 1, 2, 3, 5 Km y cada vez subía la cantidad de kilómetros. Así fui entrenando hasta lograr la meta de 21Km. Cada vez que entrené tenía la máxima de que «corría lenta, pero contenta». Lento y a pasos constantes lograba recorrer más rápido y cumplir las metas. Hoy en día, que ya no corro en esos tiempos, cuando inicio una carrera o salgo a caminar recuerdo que, con pasos pequeños y constantes, llego más rápido y más lejos. Me gustó recordar esta experiencia para aplicarla hoy a otros ámbitos de mi vida.

  4. Saludos Juan Carlos. Me encanto este articulo. Honestamente necesitaba leer algo que describiera como me siento con esos pequeños pasos que doy hoy en todos mis roles, en especial como profesional. Muchas veces despreciamos o nos desprecian nuestros pequeños pasos, porque no vemos resultados que cumplan las expectativas inmediatas. Y resulta que esos pequeños pasos permiten que el resultado sea fantástico, permanente y se digiere mejor el aprendizaje. Los resultados siempre serán buenos o no tan buenos, pero el proceso es lo que realmente importa, porque de eso depende el buen resultado. Me encanta pensar y es algo que nos cuesta, que esos pequeños pasos son individuales y únicos son una forma de ser amorosos y respetuosos con nosotros mismo. Saludos.

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