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¿Cuándo se puede predecir el futuro particularmente bien?

¿Cuándo Se Puede Predecir El Futuro Particularmente Bien?

Predecir el futuro es una de esas habilidades que a muchos nos gustaría tener por las ventajas que implica. Por supuesto, en la mayoría de los casos es una habilidad asociada al deseo de saber si vamos a tener suerte.

Sin embargo, independientemente de la lotería o cualquier otro juego de azar, hay ciertas condiciones en las que puedes predecir el futuro con grandes posibilidades de acertar.

¿Cuándo puedes predecir el futuro particularmente bien?

1) Cuando te ocupas conscientemente de pensar en tu futuro como algo que te importa y que es fundamental en tu vida.

Por ejemplo, con tus estudios, tu profesión, tu empleo, tu familia, tu desarrollo profesional, sabes que ciertas actitudes y conductas pueden llevarte a un lugares predecibles.

2) Cuando estás consciente de que no eres víctima del futuro, sino que tu futuro es producto de tus decisiones y acciones en el presente.

Tu futuro no es un lugar al que llegas en el mañana, sino la cosecha de lo que estás sembrando y cultivando en la actualidad).

3) Cuando usas apropiadamente las referencias que tienes del pasado (tus aprendizajes) y los pones en práctica para lograr tus metas.

Quizás esta tercera condición sea la mas difícil, porque requiere mucha flexibilidad mental y una gran disposición personal de utilizar la experiencia.

Prediciendo el futuro de la motivación

En las empresas se hacen esfuerzos para motivar a los empleados y se concentran en «motivadores externos», idea que se simboliza con un vara que en un extremo lleva un zanahoria.

¿Cuál es la mejor zanahoria para estimular a los empleados?

Sí, por supuesto, el sueldo, los bonos por desempeño y los diversos tipos de beneficios complementarios que significan algún tipo de compensación económica.

Son motivadores externos muy importantes. Tienen mucho valor y, dependiendo de su volumen, son efectivos.

No obstante, tienen también una desventaja: son finitos y están rodeados de limitaciones de diversa índole.

Por lo tanto, puedes predecir que los motivadores externos tienen un efecto de corto plazo y se desgastan muy rápido en el tiempo.

La motivación que tiene más fuerza y dura más en el tiempo es la que nace de adentro hacia afuera y se apoya en planes específicos de trabajo para lograr los objetivos que nos proponemos. La llamamos «auto motivación».

El estilo del liderazgo es otro motivador externo poderoso

No es sencillo aprender a auto motivarnos solos. Algunas investigaciones dicen que un tercio de las personas logran hacerlo. Pero es algo que se puede aprender.

Aprender a auto motivarnos requiere de cierto esfuerzo, pero el estilo de supervisión o liderazgo es un elemento externo que puede facilitar ese aprendizaje.

¿A quién no le gusta recibir de su jefe de trabajo un reconocimiento y aprecio por lo que hace?

Mucho más que una palmada en el hombro, cuando ese reconocimiento es proporcional, oportuno, preciso y constante, la persona que lo recibe identifica mejor su potencial, se enfoca más en esa capacidad y termina usándola con más frecuencia. Así aprendemos y cambiamos más rápidamente.

Por otro lado, muchos saben que el reconocimiento positivo del esfuerzo de la gente es un súper motivador externo, pero pocas personas lo ponen en práctica.

La mayoría de los trabajadores casi nunca reciben elogios públicos a su desempeño por parte de sus supervisores, quienes en algún momento también fueron empleados y vivieron lo mismo. Es una ironía.

Pues si tienes una posición de supervisión, puedes predecir el futuro si aprendes a reforzar el desempeño positivo de los integrantes de tu equipo.

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