Aprovecha tu poder de cambiar de adentro hacia fuera

¿Por qué el cambiar de adentro hacia afuera es una poderosa llave para el crecimiento personal? Porque nos evidencia nuestra gran capacidad de transformación.

El mundo cambia cuando uno mismo cambia, porque la energía con más fuerza de renovación es la que emerge de adentro de nosotros mismos hacia afuera.

Lograr cambiar nos demuestra nuestro potencial

Quien ha tenido la capacidad de transformarse a sí mismo tiene el poder de cambiar el mundo en el que vive.

Esa persona se ha demostrado a si misma que cambiando se edifica. En consecuencia, se libera mentalmente de ser un producto de las circunstancias o una entidad manipulada por el destino.

Cuando uno cambia, uno mismo inicia el camino que conduce al logro efectivo de:

• Metas que parecen inalcanzables;

• Reparación de relaciones afectadas;

• Superación de frustraciones o amarguras; y

• La propia felicidad personal.

Siempre podemos mejorar en algo

No existe un ser humano que pueda sentirse honestamente perfecto y libre de la necesidad de modificar algún aspecto de su vida.

Todos enfrentamos siempre la necesidad de mejorar alguna conducta o actitud. A veces es un cambio muy pequeño y sencillo. Otras veces es más complejo y exigente.

Albert Einstein nos planteó la importancia del cambio de adentro hacia fuera cuando afirmó que “si buscas resultados distintos, no hagas siempre lo mismo”.

Es decir, si los resultados obtenidos de una acción no son satisfactorios, no lograremos resultados diferentes si no emprendemos acciones diferentes.

Debemos darle un significado positivo a la palabra «cambio»

Podemos convertir el concepto cambio en un imperativo de conducta inspirada en el aprendizaje y el mejoramiento continuo. Si no desarrolla su capacidad de cambiar, el hombre no puede interactuar provechosamente con la vida.

Necesitamos estar conscientes de que cambiar nuestro entorno es una consecuencia directa de nuestro cambio personal.

La capacidad de cambiar es fundamental, porque determina la calidad de vida que podemos alcanzar.

Sin embargo, la actitud de muchos demuestra que la capacidad del hombre para cambiar es una lección vital que les falta.

Cambiar es una responsabilidad personal

La mayoría de las personas esperan que las cosas cambien sin ellos hacer nada o haciendo poco. Argumentan que ellos van a cambiar después de que cambie su entorno.

Sin darse cuenta, esas personas no ven la importancia de iniciar el cambio con ellas mismas. Colocan su cambio al final, después de todo lo que debe cambiar primero.

Hacen responsables a los demás, que no tienen la capacidad de cambiar lo que deben cambiar. Culpan al entorno social y las circunstancias del país que no se pueden cambiar, que nunca cambiarán, o que están destinadas a empeorar.

Entonces, como los «culpables» de que no hayan cambio son los demás, les resulta fácil quejarse todo el tiempo porque las cosas siguen igual o estén peor.

Esas personas concluyen que sus fracasos son una responsabilidad de otros y no una consecuencia de sus decisiones y acciones.

El cambio más poderoso es de adentro hacia afuera

Pero la grandeza del hombre proviene de su humildad y no de su soberbia.

Aprende más quien reconoce que sabe menos; y llega a ser más virtuoso quien admite sus imperfecciones con disposición para superarlas.

Así la persona madura y desarrollan su potencial humano. Emprende un viaje hacia su excelencia y aprende a convivir íntimamente con el cambio constante, con la transformación personal continua y sus exigencias.

Las personas que siempre luchan contra sus debilidades y defectos, son las que cambian el mundo.

Podemos decir que la grandeza de un hombre se puede medir por su consciencia de lo que carece, de lo que le falta y de lo que ignora.

Tener esa consciencia lo provee de la humildad necesaria para comprender su poder de cambiar.

¿Qué necesitamos cambiar de adentro hacia afuera?

Todas nuestras conductas y actitudes que nos generen:

• Retraso o desenfoque en nuestras vidas.

• Dificultades frecuentes para lograr nuestros objetivos.

• Inestabilidad emocional  y preocupaciones innecesarias.

• Obstáculos para nuestra realización personal.

Nuestro cambio de conducta y actitud es nuestra mejor respuesta a todo lo que podemos mejorar.

Y el cambio que debemos hacer es proporcional a la importancia de lo que aspiramos lograr.

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