Eres el conductor de tu vida: no caigas en provocaciones
Imagina que conduces un autobús con muchos pasajeros.
Imagina también que los pasajeros son pensamientos, sentimientos, recuerdos y todas esas ideas y emociones que uno tiene en la mente y en la vida.
En este caso se trata de un autobús muy particular, que tiene una única puerta de entrada. Sólo se puede entrar al autobús, pero no se puede salir de él.