Estudiar y aprender a distancia requiere de más estrategia

Estudiar y aprender a distancia, producto de la cuarentena, requiere más esfuerzo, atención, y organización personal que en un salón de clases.

La incertidumbre de la pandemia nos afecta emocionalmente y eso incide en nuestra concentración para asimilar ideas.

Adicionalmente, en la casa tenemos más distracciones que en el trabajo o en un salón de clase, y a esto se le suman las distracciones del teléfono móvil y las redes sociales.

El aislamiento también nos afecta la motivación para estudiar. Extrañar la cercanía y el compartir con los compañeros de estudio puede disminuir el entusiasmo para ocuparnos de educarnos solos.

Los cambios de rutinas afectan el aprendizaje

Los cambios de hábitos cotidianos que hemos tenido que asumir con la cuarentena, de la noche a la mañana, nos producen angustia, incomodidad e inseguridad, condiciones con las que no es fácil aprender a distancia.

Motivarnos a estudiar en estas circunstancias requiere de más esfuerzo personal para comprender lo que se estudia, más concentración, más organización del tiempo y más disciplina para practicar individualmente.

Sin dudas la tecnología nos brinda recursos maravillosos para ahorrar tiempo y ganar comodidad al estudiar. Pero aprender a distancia requiere de un esfuerzo de razonamiento personal que la tecnología no puede hacer por nosotros.

Sin discernimiento no hay aprendizaje. Memorizar información “al caletre”, o repetirla sin criterios, no significa aprendizaje.

Aprender con eficacia siempre ha sido un reto

La eficacia del aprendizaje depende de ciertos principios, que cobran más importancia cuando estudiamos a distancia.

Necesitamos hablar de “eficacia” para referirnos al aprendizaje, porque asistir a clases no significa que, automáticamente, aprendamos.

Si un profesor nos enseña un tema, o lo estudiamos con videos en YouTube, tampoco implica garantías de aprendizaje.

Aprender es el resultado de un proceso tuyo

El aprendizaje es el producto de un proceso que combina dinámicamente el fuerte deseo de aprender, la comprensión del contenido que estudiamos, que le veamos utilidad al contenido en nuestras vidas y que llevemos a la práctica ese contenido.

En tal sentido, para lograr producir aprendizajes es importante recordar que:

1) Se trata más de un proceso personal, por lo que cada quien aprende de manera diferente.

2) Depende principalmente del esfuerzo individual de estudio. Los factores externos son importantes, pero no determinantes.

3) A la hora de aprender, el deseo motiva e inspira mucho más que los razonamientos sobre su necesidad.

4) Si el deseo personal de aprender no es suficientemente fuerte, es fácil tirar la toalla en el proceso. No hay manera de aprender sin querer.

5) El contenido de lo que queremos aprender es solo información hasta que decidimos darle significado y utilidad. Así generamos verdadero conocimiento y no caletre. Es algo que decide cada quién y es muy costoso si se busca imponer.

6) El conocimiento se transforma en una experiencia de aprendizaje eficaz, cuando lo ponemos en práctica, nos equivocamos y seguimos practicando hasta su dominio. No existen atajos en este camino.

7) Después de conseguir el dominio práctico de ese conocimiento, hay que mantenerse ejercitándolo para que no se oxide. Sin mantenimiento, la memoria es una capacidad muy frágil.

También nos conviene aprender a aprender

Si no comprendes el proceso del aprendizaje eficaz, estudiar puede resultarte una experiencia pesada.

Desconocer el proceso puede convertir los errores en una fuente de frustración y no de conocimiento.

También puedes terminar pensando que no eres bueno aprendiendo, que aprendes lento, que la culpa es del profesor o que la materia es muy difícil.

Las personas que aprenden más y con más facilidad son las que aprenden a disfrutar el proceso de estudiar. De una u otra manera descubren que la clave está en darle a su esfuerzo un significado edificante personal.

En otras palabras, aprende mejor quien asume el estudio con gusto y no como un sacrificio.

Buenas prácticas para aprender a distancia con eficacia

(Quizás te parezcan obvias, pero recuerda que lo obvio es lo que más olvidamos).

1) Precisa por escrito el propósito de lo que vas a estudiar. Por ejemplo, en vez de decir simplemente que vas a hacer un curso de Instagram, es más interesante que digas que vas a aprender a usar Instagram para mejorar tu marketing digital.

2) Repasa tu propósito antes de cada clase. Es increíble la facilidad de olvidarlo o distorsionarlo. Además, siempre evoluciona mientras aprendes.

3) Busca cuanto antes darle sentido y utilidad práctica a la información que estás estudiando. Esta es la manera más efectiva de asimilar ideas. Por ejemplo, “estudiar estadística me sirve para comprender la conducta humana en términos porcentuales”.

4) Prepárate para tomar apuntes formales de las clases y los temas. Hazlos tan breves o detallados como puedas. Elabora resúmenes, esquemas y mapas mentales. Apunta sinónimos de palabras claves. Lista las ideas fundamentales y tus conclusiones.

5) Repasa lo que estás estudiando de manera sistemática. Repasar es indispensable. Si estudias un contenido hoy y no lo repasas en 24 horas, puedes olvidar hasta el 50% del mismo. Y si no lo repasas en 48 horas, olvidarás 70%. En una semana solo recordarás 3%.

6) Comparte las ideas que estás estudiando con compañeros de clases u otras personas cercanas. Cuéntales qué te parece interesante y retador. Reflexionar en voz alta con otros es muy efectivo para decantar los conocimientos porque te lleva a repasarlos y estructurarlos varias veces en tu mente.

7) Cuando hagas un curso virtual, diseña tu propio plan de estudio, en el que indiques fechas y horas para las clases, para hacer los ejercicios y las lecturas complementarias.

8) En un curso virtual es ideal, justo antes de cada clase, recordar el alcance global de la capacitación y sus beneficios para ti. Es decir, al inicio de cada clase es importante traer a la memoria lo que voy a ganar con ese curso.

9) No te quedes con dudas ni inquietudes. Compártelas con tu profesor o con tus compañeros de estudio. Si no puedes consultarlos por algún motivo, investiga en Internet, pero hazlo con mucho sentido crítico.

10) Crea ocasiones para poner en práctica algún contenido de lo que estás aprendiendo. Bien sea que lo practicas porque haces un ejercicio hipotético o porque lo utilizas para responder alguno de tus retos cotidianos.

¿Qué otra buena práctica para aprender a distancia agregarías a esta lista?

Para ampliar estas ideas, te invito a leer mi ensayo Aprende con eficacia.

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