Demasiadas convicciones restan oportunidades
No se trata de no tener convicciones. Pero si son demasiadas y nos condenan, encajonan y aislan (como en la imagen), podrían pesar demasiado y evitar que veamos oportunidades.
Las convicciones suelen tener el efecto de encerrarnos dentro de ideas rígidas e inflexibles, que consideramos verdades absolutas.