La crisis de liderazgo se ha convertido en un elemento común en las crisis de las organizaciones, cualquiera que sea su tipo o tamaño. Los conflictos, la mala comunicación, el mal funcionamiento o el estancamiento (en una familia, en un equipo de trabajo, en una empresa o en un país), son expresiones de las deficiencias del liderazgo de turno.
Dice el maestro Octavio Paz: «Aprender a dudar es aprender a pensar», y que oportuno es recordarlo en todo momento. Es un ejercicio clave para el pensamiento crítico.
En esta idea, dudar es búsqueda de entendimiento, búsqueda de comprensión, búsqueda de más conocimiento sobre el trasfondo de algo.
Cuando hay crisis, pocas personas le ven sentido a detenerse a pensar con orden y metodología sobre cómo superar la adversidad. La angustia que genera la incertidumbre del momento no les permite a muchos ver más allá de los obstáculos.
Detenerse y hacer una pausa para refrescar las metas, los objetivos y los valores tiene un impacto positivo mucho mayor a la hora de enfrentar los retos que hay en momentos de adversidad.
Desarrollar la habilidad de aprender significa mantenernos con el espíritu permanente del aprendiz: siempre queriendo conocer y saber más.
Siempre curioseando para encontrar maneras de mejorar. Explorando puntos de vista diferentes, buscando ideas nuevas, aprendiendo y cambiando.
Transmitir conocimientos de manera eficaz es un reto creciente en la sociedad en general, y en particular en las empresas. Pero que la gente asimile ese conocimiento es un proceso aún un mas complejo y retador.
El éxito de la formación de empleados depende, entre otros, de estos 10 aspectos que algunos empresarios y gerentes tienden a subestimar.
Un buen ejemplo relacionado con los efectos que produccen los paradigmas gerenciales, lo constituye el sorprendente proceso de auge y caída de la empresa Blackberry. ¿Qué se puede aprender de este caso?
Hablamos de «ceguera paradigmática» para referirnos a creencias, convicciones, prejuicios, costumbres, modelos y patrones de conductas que nos influyen negativamente cuando necesitamos identificar oportunidades o riesgos, en función de tomar decisiones y diseñar soluciones.
Cuando nos aferramos a una manera de hacer las cosas, en la cual nos sentimos cómodos y seguros, entramos en una zona de confort que nos impide asumir riesgos y nos lleva a evadir retos y rechazar cambios.
Por supuesto, todos tenemos derecho a permanecer en nuestra zona de confort. Pero, ¿qué sucede cuando nos atrevemos a aspirar nuevos logros y experiencias? ¿Qué sucede cuando imaginamos algo más y mejor para nuestras vidas?
Para leer en cualquier formato, impreso o digital…
Leer como un ejercicio para ampliar las oportunidades, de vida, de trabajo, de crecimiento y desarrollo…
Como un asunto en el que, si hay que decidir, la frecuencia es más importante que la cantidad…
Sea un libro, una revista, un periódico, un artículo, un Blog, un tuit…
Pensando en la lectura como una cualidad propia del ser humano…
Los paradigmas son creencias, valores y maneras de ver el mundo. También son formas de actuar, rutinas y patrones de comportamiento.
Unos paradigmas resultan ser útiles cuando nos sirven para atender positivamente. Es el caso del orden, la disciplina y los métodos en el trabajo. En estos casos se trata de un «efecto positivo».
Primero encontré estas historias entre correos electrónicos casuales, y después las ví en algunos sitios web que no ofrecían referencias para validar su autor o veracidad. Me atreví a editarlas con el espíritu de este Blog porque creo que su utilidad reflexiva va más allá de estos «formalismos».