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5 Claves para enfrentar la adversidad y la incertidumbre

5 Claves Para Enfrentar La Adversidad Y La Incertidumbre

Cuando hay crisis, pocas personas le ven sentido a detenerse a pensar con orden y metodología sobre cómo superar la adversidad. La angustia que genera la incertidumbre del momento no les permite a muchos ver más allá de los obstáculos.

Detenerse y hacer una pausa para refrescar las metas, los objetivos y los valores tiene un impacto positivo mucho mayor a la hora de enfrentar los retos que hay en momentos de adversidad.

En este sentido, te ofrezco algunas de las ideas de la primera parte del taller «El arte de enfrentar la adversidad».

Existen 5 aspectos básicos que deben diferenciarse:

1. Los paradigmas

Los paradigmas funcionan como filtros mentales o lentes que influyen en la forma en que vemos e interpretamos las cosas que nos ocurren, lo cual explica por qué en una misma situación:

Unas personas ven oportunidades y otras ven obstáculos;

Unas personas sienten que es una gravedad y otras que es algo simple;

Unas personas ven fracasos y otras aprendizajes; y

Unas personas se desmotivan y otras se entusiasman.

La cuestión está en que unas personas tienen más flexibilidad mental que otras, y el grado de flexibilidad de cada cual afecta sus percepciones de manera positiva o negativa.

Quienes tienen formas de pensar más rígidas tienden a sentir más angustia frente a obstáculos, retos o errores, les resulta más difícil aprender y pueden tardar mucho más tiempo en encontrar respuestas para la adversidad.

La buena noticia es que la flexibilidad mental es una habilidad que podemos practicar y desarrollar. Es decir, tenemos la posibilidad de entrenarnos y contar con mejores herramientas para enfrentar la adversidad y superarla.

2. La incertidumbre

La adversidad es una situación que debemos enfrentar en un momento dado, porque se interpone entre nosotros y nuestras metas y objetivos. Es un obstáculo en el camino o una dificultad que nos sorprende y reta, tanto conocimientos como emociones.

Por su parte, la incertidumbre se deriva del grado de complejidad de la adversidad. Mientras más complejo es un obstáculo menos certeza sentimos sobre lo que pasará en el futuro:

¿Podremos superarlo?

¿Cuánto esfuerzo nos tomará?

¿Qué vendrá después?

Estas son apenas algunas de las preguntas que surgen producto de la falta de certidumbre. Y mientras más grande es la adversidad, más preguntas aparecerán.

Aunque tengan estrecha relación, es muy importante diferenciar adversidad de incertidumbre, ya que la incertudumbre disminuye en la medida que uno se ocupa más de la adversidad.

Para quien la enfrenta, toda adversidad está compuesta por variables controlables y variables fuera de su alcance. Pero la fuente de certidumbre siempre está en las primeras.

3. Las restricciones autoimpuestas

Estas se refieren a límites que nos ponemos nosotros mismos como reacción a la complejidad de una situación de adversidad, y casi siempre son producto de nuestros prejuicios.

Por otro lado, en la medida que percibimos más complejidad más cuestionamos nuestra capacidad para hacerle frente a un obstáculo.

Si no captamos soluciones inmediatas en un caso de dificultad, se nos activa el instinto humano de peligro y eso mismo no nos permite pensar en nuestras posibilidades y recursos que tenemos al alcance para una situación así.

La adversidad reta nuestros conocimientos y la experiencia. Pero en vez de la respuesta reactiva de «no se qué hacer en un caso así», cuando hemos entrenado nuestra flexibilidad mental, nos planteamos «¿qué se que me podría servir en un caso así?».

Las barreras o trabas autoimpuestas comienzan con el lenguaje, y pueden verse en expresiones iguales o parecidas a las siguientes:

«Enfrentamos una situación muy difícil» (casi predecimos. indirectamente, que fracasaremos).

«No tenemos ninguna experiencia previa en algo así» (quizás no hemos vivido exactamente lo mismo, pero nunca estamos en cero en cuanto a experiencia se refiere).

«No podemos hacer nada frente a algo así» (es tirar la toalla por adelantado).

4. La definición de la adversidad

Una adversidad no puede ser superada si se hace una suposición incorrecta al definir la situación. En consecuencia, diseñamos soluciones incorrectas y decidimos cursos de acción inadecuados. O, en el mejor de los casos, podemos suprimir los síntomas pero no resolvemos la raíz de la dificultad.

¿Qué nos afecta en el momento de formular o definir una adversidad?

Hasta ahora hemos visto los siguientes aspectos:

La percepción positiva o negativa del caso, derivada de los paradigmas que se tengan;

El grado de incertidumbre dado por el nivel de complejidad de la situación;

La diferencia sustancial que hay entre enfocarse en las variables controlables y las no controlables; y

Las restricciones autoimpuestas, producto de nuestros prejuicios.

¿Cómo disminuir el riesgo de formular inadecuadamente una adversidad?

A) Describe el caso con 1 ó 2 oraciones precisas, sin prejuicios ni suposiciones, supeditándote a hechos y pruebas.

B) Al hacer la descripción, no sugieras la solución. Por ejemplo, «necesitamos reducir los costos», o «necesitamos más clientes», o «necesitamos un nuevo sistema informático».

C) En la descripción, no culpes a nadie, ni supongas las motivaciones de los demás.

Como puedes ver, se trata de un gran ejercicio de lenguaje, que te pondrá a pensar de manera diferente y te llevará a ideas innovadoras. Inténtalo.

5. Refrescar las metas

Este es el otro aspecto clave que se debe tener en cuenta para enfrentar la adversidad con mejores posibilidades de éxito.

Los obstáculos que consigues en el camino pueden afectarte negativamente, haciendo que olvides a dónde te dirigías antes de encontralos. Su aparición inesperada puede distraerte y desanimarte.

Las dificultades bruscas y repentinas también pueden hacernos olvidar las fortalezas que disponemos para superarlas, como lo son la disposición a aprender o la capacidad de hurgar más abajo de la punta del iceberg.

Tal puede ser el efecto emocional de las barreras que sorpresivamente nos aparecen en un momento determinado que hasta podemos llegar a dudar de la pertinencia de nuestras metas, de su factibilidad y de nuestra capacidad para alcanzarlas.

Por lo tanto, justo en esos momentos de crisis, cuando más nos sentimos presionados por la incertidumbres, resulta tan útil refrescar y actualizar la definición de nuestras metas.

Hacer la pausa para revisar las metas, de manera organizada y metódica, nos facilita evaluar a qué distancia nos encontramos de ellas y que ajustes podemos hacer para acercarnos con más efectividad.

Al hacer este ejercicio en momentos de adversidad, inmediatamente le damos otra perspectiva al significado de la misma y se nos vuelve más fácil buscar respuestas en las variables que están a nuestro alcance.

Adicionalmente, refrescar las metas nos reconecta con:

Nuestras fortalezas humanas;

Nuestras experiencias y conocimientos útiles; y

Las virtudes que nos llevaron a proponernos nuestros objetivos.

Realizando este ejercicio podría ocurrir que se encuentre la necesidad de ajustar las metas o hacerle cambios, lo cual sería también una ganancia del proceso. Identificar y determinar los ajustes podría modificar positivamente la perspectiva de la adversidad y su impacto.

Y si el caso es que hay que definir nuevas metas completamente nuevas, el beneficio del ejercicio sería el mismo.

Si se combinan estos 5 aspectos se crean mejores condiciones para abordar obstáculos y dificultades de manera menos estresante y más productiva.

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Esta entrada tiene 16 comentarios
  1. Nuestros paradigmas son con mucha frecuencia nuestro mayor obstáculo, porque cuando sabemos que podemos crear nuestra realidad y destino creyendo en nosotros mismos, veremos las dificultades como enseñanzas que nos pueden dilatar la meta , pero que no nos impedirán el avance hacia lo que queremos.

  2. Muy interesante la relación que existe entre adversidad y grado de incertidumbre, siendo que éste último dependerá del enfoque que podamos dirigir a las variables controlables de la situación adversa.

  3. Para enfrentar la adversidad tenemos que: romper nuestros propios paradigmas, aprender de nuestras experiencias, buscar oportunidades en las dificultades, estar segura y saber que yo tengo fortalezas y virtudes para superarme y seguir con optimismo.

  4. Hola Zoris, buenas tardes. Gracias por tu tiempo para compartir aquí. Sí, poner de nuestra parte es ocuparnos de lo que está nuestro alcance y ámbito de influencia. Es un reto, pero abordarlo es muy efectivo para no terminar enfermos, deprimidos e insomnes. Un abrazo.

  5. Ahondando un poco en lo que conversábamos hoy… O ponemos de nuestra parte para no dejarnos llevar por la vorágine abrumadora de esta eterna incertidumbre o terminamos enfermos, deprimidos e insomnes.

  6. Dice Howard Schultz, empresario estadounidense, Presidente de «Starbucks Coffee Company»: «En tiempos de adversidad y cambio es cuando descubrimos quiénes somos de verdad y de qué estamos hechos.»

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